Esta mañana, y aprovechando la cercanía del lugar, nos asomamos a visitar el Yacimiento Arqueológico del Poblado de Doña Blanca. Está ubicado en el Pago de Sidueña, perteneciente al término municipal de la localidad del Puerto de Santa María (Cádiz).
Este yacimiento es un Tell excavado (un "tell" es un término que traducido del árabe quiere decir "montículo" o "colina", y que se utiliza para designar a cualquier tipo de yacimiento arqueológico con dicha forma, resultado de la acumulación y consecuente erosión de los materiales depositados por la ocupación humana de un lugar durante largos períodos), entre los años 1979 y 1995.
En el complejo podemos visitar, aunque solo lo pudimos ver por fuera, El Castillo de Doña Blanca, que lo vereis al entrar siguiendo recto por una pista acondicionada que te lleva hasta él. La Torre fue construida entre los d. XV y XVI y es muy posterior a los restos que veremos luego, pero dicho emplazamiento del Castillo así como de sus gentes, acondicionaron la conservación del poblado.
Este castillo, aunque más bien es una Torre, se construyó principalmente para poder vigilar la Bahía de Cádiz. En días claros, la vista promete ser preciosa, pero dada la niebla y el nublado que tuvimos hoy, a penas y se veía la Bahía a lo lejos.
Este castillo se lama así, porque se dice que en él pudo sufrir cautiverio Doña Blanca de Borbón, una noble francesa que llegó a ser Reina consorte de Castilla y León ya que fue la primera y legítima esposa del Rey Pedro I de Castilla. Sus restos actualmente descansan en Jerez de la Frontera, en el Monasterio de San Francisco, después de ser asesinada por orden del Rey Pedro I "El Cruel" a la edad de 22 años.
Una vez que vemos el castillo, podemos continuar la visita por todo el recinto. Es pequeño, así que en una mañana os da tiempo de disfrutar de este sitio.
El yacimiento arqueológico, tiene forma de colina amesetada de planta prácticamente rectangular, tiene 6,5 hectáreas de extensión y su altitud es de 31 metros sobre el nivel del mar. El relieve que tiene actualmente es totalmente artificial, formado por la superposición de depósitos y construcciones de otros pueblos que se asentaron en la zona con el paso de los siglos. En algunas zonas hay hasta 9 metros de estratos arqueológicos.
Los restos más antiguos que se encuentran pertenecen a una fase tardía de la Edad del Cobre, a finales del III milenio a.C. Posteriormente sufre una fase de abandono que se prolonga hasta mediados del s. VIII a.C, y vuelve a ser ocupado. Es en esta época cuando se construye la primera muralla de la ciudad. El yacimiento permanece ocupado hasta la llegada de los Romanos a la Península Ibérica, con motivo de la Segunda Guerra Púnica, a finales del siglo III a.C.
Durante esos cinco siglos de ocupación ininterrumpida, se crean otras dos murallas más a la ciudad.
Luego sufre otra época de abandono hasta la época Medieval Islámica, momento en el que se estableció una Alquería Almohade (una alquería era una pequeña comunidad rural situadas en las inmediaciones de las ciudades, Medinas)
Las viviendas se disponen en terrazas artificiales, construidas aprovechando la pendiente natural del terreno. Se componen de 3 o 4 habitaciones de forma cuadrangular, construidas con paredes de zócalo de mampostería y alzado de adobes, recovadas de arcilla y enlucidas con cal, los suelos son de arcilla roja apisonada, y la techumbre plana, formada por vigas de madera y con recubrimiento vegetal.
La mayoría de las viviendas poseían un horno de pan consistente en una estructura de arcilla abovedada de aproximadamente 1 metro de diámetro en la base.
Las excavaciones han dejado ver (en las excavaciones de los siglos IV y III a.C.) la existencia de amplias calles, de hasta cuatro metros de anchura, y de espacios abiertos o plazas. También se han descubierto en una de las estancias un conjunto de piletas en las que se recogía el mosto procedente de otras dos piletas situadas a un nivel superior en las que se realizaba el pisado de la uva.
En el yacimiento también podemos ver una necrópolis, llamada Necrópolis de la Sierra de San Cristóbal. Está ubicada al norte del yacimiento, en la falda de la Sierra de San Cristóbal. En ella se ha realizado la excavación de un túmulo de unos 20 m de diámetro y de una altura de 1,80 metros. Cuando la necrópolis se selló, se hizo una "falsa colina" sobre él, acaparando todas las tumbas, a esto es a lo que llamamos túmulo.
El Yacimiento del Castillo de Doña Blanca, junto a su espectacular grado de conservación, guarda para la investigación, las claves para la correcta interpretación de la presencia fenicia en la Bahía de Cádiz, su interrelación con los pueblos indígenas y los aspectos cronológicos relacionados con la misma.
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