miércoles, 4 de abril de 2012

Ascensión al Pico Veleta (3.386 mts). Sierra Nevada

Granada ... de siempre ha sido una de las provincias andaluzas y del resto de España que más me han gustado, de siempre. En ella podemos encontrarlo todo, podemos subir hasta la cumbre más alta de nuestra península, y bajar a una de esas preciosas playas de piedra que residen en pueblos tan bellísimos como Salobreña, Almuñécar o Motril, pueblos en los que confluyen montaña y mar. Cualquier cosa que hable de Granada ... es poco.

En esta ocasión, nos decidimos a pasar un fin de semana en Sierra Nevada, la Sierra Madre del pico más alto de la península, Mulhacén. En este caso no fuimos precisamente al Mulhacén, sino a su vecino, el Pico Veleta. Considero que es uno de los picos más emblemáticos de España, su silueta y su belleza son inconfundibles. 

Decidimos ascenderlo, el 24 de marzo, para lo cual pasamos el fin de semana en Sierra Nevada. Alquilamos un precioso apartamento en Puertollano, la localización era ideal y las vistas al levantarse, prácticamente inigualables: A la izquierda, el Veleta, a la derecha, la majestuosa Sierra.




Esta foto está tomada desde la ventana del apartamento. Apenas y estaba amaneciendo, a la izquierda se ve entre niebla el Pico Veleta, desde que nos levantamos, teníamos el pensamiento en la fuerza enfocadas a subirlo. El tiempo no nos daba grandes esperanzas, al menos de tomar unas buenas fotografías, pero al menos, podíamos estar allí y disfrutar de la tranquilidad, y sobre todo y ante todo, del magnífico paisaje.

El viernes cuando llegamos, ya dejamos preparada toda la ropa necesaria para combatir en menor o mayor medida el efecto de los agentes atmosféricos. Por un lado, el día apareció con lluvia, y bastante cubierto, por lo cual eran necesarias prendas que soportaran una buena columna de agua. Por otro lado, hacía frío. Aunque a 2.550 metros (altura desde la que empezamos la ruta) el frío no era exagerado, y podía soportarse tranquilamente, siempre es una "lotería" lo que te puedes encontrar en la cumbre y a medida que subes. Así que al mismo tiempo es necesaria ropa de abrigo, tanto "chaquetones" como pantalones. Al mismo tiempo se hace imprescindible para esta travesía, unos bastones para nieve, en los cuales apoyarte cuando el camino se hace fatigoso, y cuando no, también.





En cuanto al calzado, nosotros llevábamos botas de montaña normales. Mucha gente iban con botas semirrígidas, que es lo ideal para estas rutas, pero afortunadamente las nuestras eran de Goretex (importantísimo) y gracias a esto, no se nos calaron. Pero recuerdo, que lo ideal no es este tipo de calzado, que es más bien para "media montaña" y sin nieve, siempre sin nieve.

Una vez que ya nos vestimos, y preparamos las mochilas ... ah! se me olvidaba ... imprescindible unos crampones. Los crampones son unos "apliques" (jejeje, para hacerme entender) que se acoplan a nuestra bota para hacer el progreso a través de la nieve más sencillo y evitar resbalones indeseables. Están equipados de unos "pinchos" que nos sujetan correctamente el piso de nieve. También es muy importante llevar guantes! para mi es imprescindible, porque a medida que ganas altura, ganas en frío ... al menos en este día que nos cogió. Es cierto que en días soleados, puede sobrarnos cualquier prenda de abrigo, pero yo os cuento el día tal y como lo vivimos.

Pues bien, una vez equipados, tomamos el coche y en 5 minutos llegamos a la Hoya de la Mora. Allí ya habían varios coches con otras personas que o bien pensaban hacer el ascenso normal como nosotros, o simplemente iban a pasear. Había un coche con varios montañeros que se disponían a escalar la cara norte del Veleta. Impresionante caída de 550 metros ... Pero vieron el día como estaba y desistieron. La suerte para ellos es que eran de Granada y podrían regresar sin necesidad de hacer 400 Km como casi hicimos nosotros. Así que seguramente, al día siguiente lo consiguieron.


Algo que nos llamó la atención era la falta de nieve que había en los primeros tramos de la ruta. El pasado año, que intentamos subirlo (pero el tiempo nos echó hacia atrás), ya había nieve en la Hoya de la Mora ... este año, hasta bien pasada la Virgen de las Nieves, no tuvimos que ponernos los crampones.

El frío que hacía era importante, así que guardé la cámara y no la saqué hasta que llegamos arriba! Era tal el frío que hacía, que los dedos me dolían. He de reconocer que tengo los dedos muy delicados! y por ejemplo, yo no me podía quitar los guantes, pero Iván si que podía, aunque sentía bastante frío.

Pues comenzamos a ascender, despacio ... son unos 6 Km para llegar a la cima, pero siempre es cuesta arriba, y sin tregua. Fuimos encarando la cima poco a poco, el camino es sencillo, puesto que siempre ves tu objetivo. Eso si, la niebla empezó a caer y dificultaba mucho el camino, la niebla desorienta mucho y marea. Es como andar, verlo todo blanco ... el suelo blanco, la niebla blanca ... no sabes dónde estás. Por eso es muy aconsejable llevar un GPS o en su defecto un marcador de puntos, porque creo, que aunque conozcas mucho la zona te puedes perder si viene una niebla así.

Llegamos hasta la última subida, que es bastante dura, y la cantidad de nieve que había hacía que el ascenso fuese más penoso. Te hundes constantemente y es complicado avanzar, aquí, hay gente que en lugar de crampones, llevaban "raquetas", es otro "aplique" que le ponemos a nuestro calzado que hace que aumente considerablemente su superficie, de manera que te hundes mucho menos. Es necesario que la superficie de las mismas sean antideslizantes, para no caernos en caso de cuesta pronunciada, y este caso lo es.

Cuando comenzamos el último ascenso, la niebla no nos permitía ver más allá de 1o metros por delante nuestra, íbamos más o menos a gatas, ayudaba que había más gente subiendo, entonces íbamos todos más o menos "Juntos".




Esta foto, la tomamos tras hacer cima, pero la pongo antes para que os hagáis una idea de la niebla que hacía allí.

Recuerdo cuando llegamos a la cima. Íbamos subiendo, en condiciones atmosféricas bastante malas. Llegué a pensar que no lo conseguiría, puesto que iba muy cansada y por más que andaba y subía, solo veía niebla y nieve ... en un momento dado, hice una parada y me dejé caer sobre los bastones, y cuando miré hacia arriba, la niebla se abrió levemente y pude ver por instantes el vértice geodésico del Veleta: "Ya estaba allí", quedaba un pequeño repecho de unos diez metros de desnivel ... pero ya había llegado. Tengo que reconocer que cuando lo vi, ahí delante de mi, lo único que salió de mi fueron varias lágrimas de emoción, mezcladas con el cansancio, la satisfacción de saber que el esfuerzo había dado frutos. La verdad que fue una sensación alucinante. Con renovadas fuerzas, andamos durante unos 3 o 4 minutos más y llegamos a la cumbre!




Para mi es un sueño, uno de los muchos que tengo, y que se ha hecho realidad. Llamé a mi madre desde arriba para contárselo, y cuando le dije que había llorado, me dijo: "Estás loca niña" jajajajaja. Si, debo estar loca, pero que felicidad sentí cuando llegué madre mía! Me daba igual haber cargado con la cámara para nada, porque las vistas eran nulas, no se veía nada, la niebla era fuerte. Estas son algunas de las vistas que pudimos ver:






En la foto de abajo, la gran caída de la cara norte del Veleta. No se veía nada, absolutamente nada.








En la cumbre, hay un pequeño refugio que está cerrado, pero todos los que estábamos allí, que seríamos unos 15, nos resguardamos en sus muros para combatir el viento que empezaba hacer. Sería bueno terminar de comer cuanto antes, reponerse un poco y emprender el camino de vuelta.

Ah! es importante que os cuente que durante el camino de vuelta y el camino de bajada, al menos a mi, me dolió la cabeza, por la parte de la "nuca". Es debido a la altura. Partimos de 2.550 mts. y acabamos en a penas 4 horas a 3.396 mts, y para una persona que no está habituada a estos cambios de altitudes, pues se nota.

Emprendimos el camino de bajada, y nos encontramos con un grupo de montañeros, un pequeño grupo de Sevilla y Segovia. Juntos emprendimos el camino de vuelta hasta la Hoya de la Mora. Así que aprovechando que éramos varios, nos hicimos mutuamente unas cuantas fotos.







Nos cayó encima una copiosa nevada, mezclada con un viento un poco desagradable, pero ya daba igual, ya se aguantaba cualquier cosa. Ah! Es bueno en estas circunstancias llevar unas polainas, que es lo que llevamos en la parte baja de los pantalones. Es un recubrimiento para los pantalones, para evitar que se mojen en exceso con el roce de la nieve.



Abajo, la estación de esquí de Borreguiles, durante la bajada.





Y aquí, y para acabar, nuestro objetivo, nuestro sueño ya cumplido. El Veleta. Me parece mentira haber estado en ese "piquito", tan bello, tan codiciado ... nos fuimos con mucho pesar y mucha pena, pero una pena mezclada con un sabor dulce de haber podido estar ahí durante unos minutos. Ahora solo queda una cosa ... volver!